Aprender se puede aprender de muchas formas y maneras. Se puede aprender escuchando, mirando, tocando, cantando, memorizando, … pero sin duda como se aprende mejor es cuando nos importa lo que aprendemos, cuando estamos implicados en nuestro propio proceso de aprendizaje.
El aprendizaje activo se da cuando los niños/alumnos participan en actividades como experimentos, discusiones en grupo, debates, exposiciones orales, …
El alumno es activo en el proceso y responsable del mismo. Tiene que ser consciente de lo que: se aprende, lo que se debe aprender y de lo que aún no ha aprendido.
Con este método los estudiantes dejan de ser espectadores, adquieren un mayor compromiso en las actividades, aprenden a reconocer cuánta y cuándo se necesita más información, ponen más énfasis en el desarrollo de habilidades, aprenden a aprender para aprender a hacer y a ser, incrementa su nivel de motivación, desarrollan habilidades de orden superior y están preparados para transferir lo que se ha aprendido a problemas y escenarios nuevos.
¿Por qué es mejor el aprendizaje activo?
Se cree que los niños asimilan la información nueva del siguiente modo:
La educación holista se entiende como una estrategia comprensiva para reestructurar la educación en todos sus aspectos: la naturaleza y el contenido del curriculum, la función del docente y los estudiantes, la manera como el proceso de aprender es enfocado, la importancia de los valores y la naturaleza de la inteligencia. La propuesta de la educación holista está basada en principios sobre la inteligencia, el aprendizaje, el ser humano, la sociedad y el universo que habitamos. La educación holista no se reduce a ser un método educativo, se caracteriza por ser una visión integral de la educación. Algunos de los principios sobre los que se basa son los siguientes: |